La casa
de la Paqui es una locura. Hay un trasiego trepidante. Hay tal actividad en esa
casa que como siga así, la Paqui va a vení a caé mala. No creo que en el
Palacio de la Zarzuela se formara tanto cuando S.S.M.M. Los Reyes lograron
casar a los niños, perdón, a sus Altezas Reales. No creo yo que hubiera tantas
perchas con tantos trajes colgando de tantas lámparas, y mira que en un palacio
real por narices tiene que haber lámparas... Pues ni sombra para la que tiene
liá la Paqui, que tiene el comedor como el camerino de la Pantoja. Pero claro,
es que todos los días no hace la primera comunión su Jessi, y eso hay que
celebrarlo por tó lo alto. Por eso está la pobre que no para.
Y es
que es lo que dice ella y de lo que se queja tan amargamente la Paqui, de lo
solita que está en el Mundo pa tó desde que se separó del Antonio, presuntamente, más borracho
que Ortega Cano, y que desde que cogió el pendil y la media manta no ha querido
saber nada de la hija, y encima ahora se quiere presentar en el convite de la
comunión con la golfanta esa que tiene por novia. Y eso pone de los nervios a
cualquiera, así está la madre de la Jessi , hartita de Prozac y Lexatín (0'50 grs).
Como
digo esa casa es un no parar con los preparativos. Y menos mal que ya tienen
muchas cosas adelantadas. Hace más de un mes que puso la lista de regalos en el
refino de Amparito, allí al lado de casa, y en el Corte Inglés, a ver si hay
suerte y consigue el viaje a Disney, que tanta ilu le hace a la criaturita. Ya
tiene todo bastante controlado. Sin ir más lejos, el otro día, en horas de
colegio, a la Jessica le hicieron en el parque el reportaje de fotos, un Book,
creo que le dicen ahora. Era para ver a la niña posando, mirando a la cámara,
poniendo posturitas, mojándose los labios... y lo que costó el peinado de la peluquería,
con su cascada de rizos hasta la cintura, y la prueba del maquillaje flojito
que le pusieron a la niña, que también costó lo suyo.
Menos mal que el vestido de comunión se lo
hizo Robertito, un vecino de puerta con puerta que es estilista, a punto de
romper en modisto de pasarela. Se lo hizo en blanco roto (como los huevos
estallados en Madrid), en seda salvaje, ceñido con una gasa color champagne que
ha sido un auténtico es-cán-da-lo en el barrio, y con su cuellecito palabra de
honor. Palabra de honor que la Jessi iba hecha un cromo, de esos de dos caras,
de los antiguos. No le faltaba un detalle: sus guantes de maya caladitos, una
diadema, que más parecía la tiara de pedida de una princesa rusa, o de una boda
gitana; y lazos, un montón de lazos. Y la madre, orgullosísima, diciendo que su
niña parecía una novia. Y tenía razón, entre lo aventajaíta que es la Jessi y a
la edad que hacen ahora la comunión....
Y hay
que ver el dineral que se le está yendo a la Paqui con la dichosa comunión.
Pero no importa, está contentísima con todo, especialmente con el restaurante
que ha encontrado para celebrarlo, la mar de apañaíto, sobre todo porque al
lado tiene una explaná una hartá de grande para que los niños puedan
expandirse, es decir, para que no den mucho por culo en la comida esos
auténticos discípulos de Al-Qaeda. Que se coman el lomito con las patatas
fritas (congeladas, por supuesto), que partan la tarta con el muñeco cabezón en
lo alto y a juí a la explaná.
Pero repito que están encantados con el
restaurante. Cuatro entrantes, nada más y nada menos, podrán degustar los
invitados, cuatro aperitivos a cual más originales, donde entre chocos fritos,
y croquetas, descuella de modo singular uno compuesto de un dátil reliao con una
tirita de beicon fritito. Original y exquisito. Luego de plato fuerte un bistec,
fino como una oblea, a la jardinera, y de postre helado de barra al corte, de
fresa y nata, ahí es ná. Aaaaaah, que ya se me olvidaba: y una caja de gambas
así de grandes que ha regalado el padrino de la Jessi que trabaja en un
saladero.
Pero,
cuántos gastos. Gastos y más gastos que hacen que la Paqui no pare de quejarse.
¿Pues no que ahora la catequista les ha dicho que van a darle una limosna a la
parroquia donde la niña va a hacer la primera comunión, y a la que tendrán que
llevar en taxi porque no sabe ni por dónde cae, porque no ha ido nunca? Es que
no hay derecho a que con tantos gastos como se está llevando la comunión ahora
tengan que darle al saborío del cura veinte euros. Y para colmo, la malaje de
la catequista ha puesto de pareja de la Jessi al Rubén, el niño más feo de toda
la clase. Y eso no se le hace con su niña. La Paqui, con razón, está que trina.
Menos
mal que para eso está ahí Matilde, la abuela de la niña, para arrimar lo que
pueda de su exigua pensión a la comunión de la nieta. Aunque la pobre mujer
anda un poquillo contrariada por la cara que le puso la joía niña, más
desagradable que el escaparate de la ortopedia Bolaños, cuando le enseñó el
regalo de comunión, una medallita en oro de la Virgen de la Cinta, con su cadenita
y todo, porque su Jessi lo que quería era una Wii, una agenda electrónica, o
una Table....Con una tabla le daría la abuela una soba de palos a la niña y a
la madre de la niña. Y como los papás de la Jessi están separados y la niña
maneja como nadie el chantaje emocional y sabe que los dos se pican por hacerle
el mejor regalo, ha conseguido arrebañarle al padre un viaje a la Warner y a
Madrid para ir a ver el Rey León, al que irá con la novia del padre y con los
hijos de ella, el Rafita y el Oscar (se pronuncia elojca) que no hacen la
comunión porque son adventistas del séptimo día, pero a los que le han hecho
una fiesta de la primavera la mar de chula, con globos, regalos y tarta, no
vaya a ser que los chiquillos cojan un trauma, y le han regalado el viaje.
Pero la
Paqui está requetefeliz con lo bien que ha salido, después de todo, la primera comunión de de su niña, prisssssiossoooooo,
si la escucháramos al otro día contárselo a sus vecinas, porque dónde iba a
parar con la comunión de Carmelita, la del quinto, que llevaba un vestidito
normal y que lo celebraron solo con la familia, vamos, que solo faltaba que le
hubieran hecho a la Carmelita las fotos anca Paco Monís. Por Dios qué cosa más
antigua, decía la Paqui dándose palmadas en el muslo meaíta de risa: ¡¡¡Vamohhhh,
con lo moníííííísima que iba mi Jessi !!!
¿Y el lujo del convite.....?
Aunque
todo, lo que se dice todo, no salió tan bien, pero eso no lo cuenta la zorrona
de la Paqui. Y es que resulta que a los postres, en el convite, Antonio abusó
un poquillo del champán ese que ponen de nombre absolutamente desconocido y al
pobre hombre le sentó mal, y le dio por meterle mano a todo lo que se moviera y
llevara faldas, y acabó a trompazos con un hermano de la Paqui. Aunque hubiera
sido mucho peor si hubieran contratado a unos payasos.....O se hubiera
presentado de "improviso" la tuna. No sé yo qué hubiera sido
peor.....
Ya su
niña ha hecho la comunión, la primera y con casi toda seguridad, también la
última. Pero la Paqui, que no para quieta un momento, ya está pensando en que
si esto ha sido la comunión, ¿qué no será esa boda de la Jessi? Y ya está
cogiendo ideas.
Nota
del autor: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Y que al
autor se la ha ido un poco la mano exagerando; pero mu poquillo, mu poquillo...
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