No sabía yo que hubiera un CIS por lo cofrade, o mejor dicho un CISYC, que traducido resultaría Centro de Estudio Sociológico y Cofrade. Más que nada lo digo a tenor de la cantidad de encuestas, resúmenes y valoraciones de todo tipo que han ido apareciendo en los medios de comunicación, más concretamente en la prensa morada, en toooooda la prensa morada, en periódicos de derechas, de izquierdas y mixtos jilgueros.
En cuanto las
sillas de la carrera oficial se fueron cerrando tras el paso de la Soledad, han
ido apareciendo en cascada, en tropel, a fila de tres en fondo, las más sesudas
encuestas sobre la Semana Santa. Y con tal prontitud que no parece más que
estuvieran escritas antes del Viernes de Dolores, por lo menos.
Es como si
hubiera un Sigma Dos, una Metoscopia en versión cofrade, una Capiroscopia
personalizada para nosotros solos donde se preguntara al capilliteo militante
cuestiones tan agudas como cuál ha sido el paso que mejor iba de flores, cuál
la Virgen mejor vestida, cuál la mejor banda de música....Como si esto fuera un
concurso, con argumentos más propios de tertulias de barras de bar alrededor de un plato de habas enzapatás, o de
internet.
Y, además,¿por qué se han quedado solo en éstas? Ya
puestos, podríamos hacer otras encuestas. Un suponé, una encuesta para la
elección de Miss Cofrade de entre las nazarenas que a cara descubierta, melena
al viento y con el capirote debajo del brazo, como un ramo de flores, han
paseado su belleza dando capazos por calles y plazas sin ningún pudor. O elegir
a Mister Macizo, al costalero que, con el costal calado hasta la nariz, haya
hecho la corría desde el Domingo de Ramos hasta el de Resurrección. O una encuesta
para otorgar La Pipa de Oro (qué malamente suena esto) al titular del palco
donde más y con más fruición se haya consumido esta, al parecer, tan deliciosa (y
barata) semilla del girasol, y a quien más lejos y con más fuerza haya escupido
las cáscaras, con mención especial si ha logrado alcanzar los respiraderos de
algún paso. O quizás cuál ha sido el capataz que para levantar el paso haya
hecho el pregón más ripioso (Manolo Santiago
hay, hubo y habrá solo uno). O cuál ha sido el más virtuosísimo vestidor
que le haya puesto a la Virgen más vueltas de encajes utilizando más kilos de
alfileres. O esa saeta que empieza por seguiriyas, sigue por martinetes y
termina por peteneras. Es decir, media hora el paso arriao. Qué sé yo...
Porque luego,
estos mismos que publican esas encuestas se extrañarán de que la Semana Santa
camine, o mejor dicho, se despeñe a velocidad de vértigo en el vacío de una
fiesta totalmente mercantilizada, donde las más de las veces, por lo menos
aparentemente, Dios no está ni se le espera.
Discutimos nimiedades, minutos de paso por Carrera
Oficial; nos pegamos codazos por ir en la presidencia de los pasos (algunas
presidencias forman ya auténticos tramos); nos enfrascamos en luchas de poder
como si nos fuera la vida en ello, imitando y haciendo nuestro lo peor de la
política. Cada vez vemos más gente vestida de calle delante de los pasos, y
cada vez menos detrás de promesa. Pretendemos arreglar la paja en el ojo de una
cofradía ajena y no vemos la viga en el ojo de la nuestra. Salimos a ver
cofradías como un espectáculo, por eso
muchas crónicas del día después parecen críticas teatrales, solo nos fijamos en
el papel de celofán.
Por eso, más que un CISYC, urge la creación de un CIC, un Centro de Investigaciones
Cofrade que pudiera aclarar tantas cosas que afectan a nuestra Semana Mayor y
que la están deformando de tal manera y a tal velocidad que en ciertas
ocasiones cuesta reconocerla. Y no quiero dar la impresión de tener una visión
catastrófica de la Semana Santa, pero la realidad es la que es. Aquí, en
Huelva, todavía podemos salvarnos, aún no han sonado las trompetas (ni las
cornetas, ni los fliscornos) del Apocalipsis. Pero en otros sitios cada vez lo
tienen más difícil.
Por eso a ver
si el CIC investiga, por ejemplo, ¿por qué los mismos que no guardan silencio,
esos niñatos y no tan niñatos, tanto pijos como canis, que no se callan ni
debajo del agua al pasar un paso de cristo después mandan callar para escuchar
la banda que lo acompaña?¿Por qué lleva más gente grabando con móviles detrás
una banda que un paso? ¿O por qué las procesiones se están pareciendo cada vez
más a una romería, solo que con la gente vestidas de chaqueta, en vez de corto,
pero con la misma Cruzcampo en la mano? ¿Por qué solo se visten de nazarenos
los niños, por qué a un tío de treinta años le molesta el cartón del morrión en
la cabeza y no le molesta el costal?¿Es necesario que a los nazarenos adultos
le acompañe media familia en animada charla, se van a perder?¿Es normal que
hayamos visto un servicio de catering en los palcos, se habrá visto catetería
más grande? Y así hasta el infinito; y más allá. Mira si tiene trabajo el CIC.
¿Será por hacer encuestas?
No es que sea responsabilidad de la prensa eso que
parece estar pidiendo a gritos nuestra Semana Santa: FORMACIÓN Y EDUCACIÓN.
Pero si en
vez de gastar energías en preguntar lo obvio, y que es además tan subjetivo,
"¿quién será el sabio que entienda estas cosas, el prudente que lo
sepa?" (Oseas 14:9) y se empleara
en crear una corriente de opinión
favorable a corregir estos vicios seguro que haría un gran servicio.
Urge la formación, sí. Sobre todo ante ciertos
comportamientos que hemos visto más
veces de las deseadas en algunos nazarenos. Y para arreglar esto no hace falta
aprenderse de memoria el Catecismo de Ripalda (qué bonito), ni hacer ningún
cursillo, ni celebrar Misiones Populares. Solo tener un poco de sentido común y
saber que al ponernos la túnica adquirimos ciertos deberes. Concienciarnos de
que la colaboración en el orden y la compostura contribuyen a la credibilidad
de nuestra manifestación de fe y al
esplendor de la cofradía en la calle.
Pero no se puede esperar mucho cuando hay
hermandades (literal) que dan de alta a sus nuevos miembros sin exigir tan
siquiera la Fe de Bautismo (como para exigirles una mínima catequesis), que la
pela es la pela; cuando muchos hermanos salen por primera vez sin que antes
hayan mantenido con nadie ninguna reunión donde se les indique qué es esto de
vestirse de nazareno; cuando ya ni en el dorso de la papeleta de sitio vienen
las normas de comportamiento. Y si vienen nadie las lee. Porque nos interesa
más la cantidad que la calidad.
Y lo de la educación, batalla perdida pongamos como
nos pongamos. Eso solo tiene solución con lo que se aprenda en casa, y en la
reforma de la reforma de la contrarreforma de la ley de la Logse.
Qué buena ocasión para debatir este fin de semana en
Málaga, en las I Jornadas Andaluzas de Comunicación Cofrade, y dejarnos ya de
encuestas donde la respuesta, pregunte lo que se pregunte sobre cualquier
aspecto de las cofradías, capataces, flores, bandas, estrenos..., siempre será la
misma: La mejor, la mía. O sea, la de cada uno. ¿Para qué perder el tiempo?
¡¡Magnifica entrada que debian de leer todos los que pensamos que nuestra Semana Santa ya no es tan santa ,un saludo
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