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jueves, 8 de diciembre de 2011

UN CELESTE RESPLANDOR

No importa que los días se acorten hasta la mínima luz. Da lo mismo que hoy los rayos del Sol apenas alumbren ni calienten, hoy lo que de verdad alumbra y conforta cálidamente es la misteriosa luz de la fe de un dogma. Por eso cuanto más oscuridad haya, más brillará su celestial resplandor.    
El día ocho de diciembre suele amanecer con un tono en el cielo cuyo color hace honor a su nombre: El azul purísima. Y aunque no fuera así, si las nubes ocultaran el cielo, si lloviera, poco importaría. Siempre amanece esta mañana como emanada del color de su manto.
La luz fría de este día almibara perfiles, dora repiques de campanas, multiplica sonidos de clarines que anuncian con gozo el  Gozo de la Inmaculada  Concepción de Nuestra Señora. Como dijo el poeta “hoy Dios está azul”, y  su divino reflejo está dibujado en el Sol sin sombra del rostro de la Virgen.
El mediodía, saturado de aleluyas y de latines en un pontifical de casullas y esclavinas celestes proclama el privilegio especial de la Concepción sin mancha de María desde el primer instante de su ser, porque el Eterno “quiso, pudo, y por tanto lo hizo” y “tota puchra es María et mácula originalis non es in te”.
Ya por la tarde, cuando la luz decline, será la claridad que emana de su rostro la que nos alumbre. Cuando su sagrada imagen aparezca enmarcada en ese arco triunfal que es la puerta principal de la parroquia de la Purísima Concepción, de donde mismo dentro de un tiempo se derramarán sus dolores, sus amarguras, y hasta su más absoluta soledad, hoy solo saldrá su alegría desbordada, contagiándonos con su luz, con la dulzura cómplice que surge de sus ojos.
Y las azucenas, tan de mayo, volverán a florecer por Ella; y las rosas de los arriates tomarán el color y el candor de sus mejillas; y los claveles blancos copiarán la blancura de su alma, y como una ráfaga de plata el “bendita sea tu pureza” circundará a la Virgen cuando esté anta las Hermanas de la Cruz.
Hoy Huelva será azul cuando toda la delicadeza, toda la hermosura y toda la belleza hecha imagen reciente con hechura de siglos, pase junto a nosotros arrullada por la mejor música, y alzada sobre el mejor escabel que saben ofrecerle sus costaleros, elevada sobre la mejor juventud. Y los luceros , como de cristales congelados, repetirán una letanía ardiente de estrellas que inundará el espacio y que le dirá Virgen de la infancia, Virgen de la inocencia, Virgen de los claustros de las vírgenes, Virgen de la Teología más profunda y de la más acendrada devoción popular, Virgen del Dogma Español, Virgen de coplas antiguas, de “eres más pura que el Sol”, y de “el Sol es tu vestido”, Virgen de coplas nuevas, de ”María tú que  velas junto a mí “, Virgen de los abogados y Abogada nuestra, Virgen de los ejércitos, de los del Cielo y de los de la Tierra, poderosa capitana, Virgen Doncella de Huelva, Reina de la Diócesis, Señora de su parroquia y celestial Patrona de España. Ruega por nosotros y por nosotros vela, e intercede por nosotros ante Dios Nuestro Señor. Amén.

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