Powered By Blogger

jueves, 6 de octubre de 2011

SABER DE COFRADÍAS

Vamos a dejarnos de tonterías. Donde verdaderamente se transmiten los valores, sean del tipo que sean, no es en la televisión, ni en la radio, ni en ninguna publicación especializada. Es en la familia. Por lo tanto, si consideramos a la hermandad como una gran familia, es en su seno, en el de la hermandad, donde debe transmitirse los valores cofrades, entendiéndose como valores el conjunto de rasgos propios y peculiaridades que fueron forjando a través del tiempo la identidad de una hermandad, eso que la hace única y diferente a las demás dentro del conjunto de la Semana Santa, y teniendo su razón de ser en el contexto de la Iglesia a la que se debe.

Todos conocemos cofrades que son verdaderos eruditos en cuestión de cofradías que conocen a la perfección autores, fechas, datos, historia, tradiciones, detalles, pleitos y litigios entre cofradías…Y nada malo hay en ello. Si no fuera porque a veces coincide con el más absoluto desconocimiento de su propia hermandad. Y esto, al menos para mí, no es saber de cofradías. No se puede generalizar, pero ocurre.
Antes, conocer a tu hermandad, saber de cofradías, se aprendía de un modo que difiere bastante al de hoy. Hace no tantos años, los que se iniciaban en este mundo nuestro de la Semana Santa estaban deseando que se les permitiera participar en la vida de la hermandad, y no era tan fácil, pues muchas veces las hermandades no se abrían tan fácilmente a la juventud. No como ahora.

Y siempre se iniciaban en algo tan cofrade y tan sencillo como limpiando la plata. Así, en la casa de hermandad si la había, o en el breve espacio de una secretaría, o en el almacén, entre bayetas y algodón mágico se aprendía de Semana Santa en la misma medida que se aprendía a querer a tu hermandad, escuchando a los mayores, a aquellos que atesoraban la sabiduría de los años y la experiencia, no como signo de autoridad ni superioridad sobre los más jóvenes, si no como depositarios de la idiosincrasia de la hermandad.

Hoy parece que se pretenden transmitir este saber de Semana Santa en las distintas tertulias  que de un tiempo a esta parte proliferan en nuestra ciudad. Y que conste que estas reuniones de cofrades, en sí mismas, no deben suponer en absoluto nada peyorativo. Yo pertenezco a una, en la que, como en todas, pasamos momentos magníficos hablando de lo que tanto nos gusta. Pero de ninguna manera debe suplantar ese verdadero aprendizaje que se consigue sirviendo, viviendo la hermandad desde dentro de sus propias entrañas.

Lo mismo que a comienzo de un nuevo curso sabemos el calendario de ensayos de todas las cuadrillas y de todas las bandas, si conocemos de antemano los estrenos que se presentarán  para la próxima salida, si sabemos con suficiente tiempo las fechas de todos los eventos, salidas extraordinarias, conciertos de relumbrón de célebres bandas de música (menos el nombre del predicador del quinario lo sabemos todo), no estaría de más que se programaran cursos de formación cofrade en el seno de la hermandad donde se transmita con autenticidad, y sin distorsionarla por el capricho del último que llegue, el verdadero ser de cada cofradía a los que empiezan a integrarse en ella.

Una auténtica transmisión de valores evitaría que cada vez que llega al gobierno de la hermandad una nueva junta, parece que pretendieran refundarla, más que nada por el desconocimiento que de la misma tienen muchos de estos oficiales, que alcanzan la dirección de su hermandad sin apenas saber de ellas, y lo que es peor, sin respetar lo que durante tantos años ha ido conformando su verdadera identidad.

Saber de cofradías no consiste en acumular conocimientos sobre ellas. Es algo más. Es aprender a quererlas desde lo más profundo de nuestro ser. Y eso se consigue conociéndolas desde la transmisión de los que lucharon y trabajaron por ellas. Esos conocimientos adquiridos día a día en el trabajo por la hermandad que se han ido decantando en el fondo de nuestro ser, y que forma ya parte de nosotros. Como cada uno de nosotros formamos ya parte de ellas.

1 comentario: