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jueves, 10 de noviembre de 2011

TRILOGÍA DE LA CARRERA OFICIAL: SOLOS EN LA MADRUGADA. (Y III)

 Así, como en el título de la película de Garci, estuvo la hermandad del  Nazareno desde su fundación,  hace más de cuatro siglos,  siguiendo los pasos del Señor cada Viernes Santo. Y así volvemos a estar otra vez, desde que la Misericordia y el Perdón se ubicaron en otras jornadas estamos de nuevo solos en la Madrugada. Pero siempre acompañados. Primero, por la mitad de la ciudad que trasnocha por verlo salir de  la Concepción; y más tarde, al amanecer, por la otra mitad que madruga para acompañarlo hasta su entrada en la iglesia, al mediodía del Viernes.

Y en medio, la crudeza de una noche, a veces cálida, a veces gélida, solo arropados por los más fieles. De lo duro de una Madrugada acompañando al Señor solo podrán hablar con propiedad quienes cargando una cruz tras su paso o alumbrándolo con un cirio lo haya vivido.

La Madrugada no es la foto fija de un mediodía con el telón de fondo de las gitanillas que cuelgan del balcón del Comercial, bajo un cielo azul purísima y con el fondo musical de las saetas. Hay mucho más, de bueno y de malo. Solo por ser testigos de las muestras de devoción de Huelva al Señor, ya vale la pena. Pero también hay sombras en este emblemático día de la Semana Mayor onubense.

Muchas veces quienes esgrimen el descenso de fieles (no me gusta llamarlo público porque esto no es un  evento social ni deportivo, ni un espectáculo, sino una expresión de religiosidad popular, aunque algunos no quieran entenderlo así) en las horas más bajas de la Madrugada, aunque lo que descienda en realidad sea  el número de “espectadores”, porque los fieles al Nazareno y a la Amargura los siguen incondicionalmente; o aducen la idoneidad de quienes lo ven pasar; o argumentan la inversión horaria con respecto a las demás cofradías  como rasgos negativos, puede que tengan hasta razón.

 Pero  me gustaría ver a muchas cofradías de multitudinario acompañamiento en su jornada haciendo estación de penitencia en la Madrugada. Mientras que  lo que la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno es capaz de hacer cualquier tarde, Él solo, sin música, sin saetas, lo ha demostrado clarísimamente en los distintos Vía + Crucis del Consejo (en tres ocasiones) y en los traslados que se vio obligado a efectuar por el cierre de su sede. Hasta la Madrugada de Sevilla con sus seis cofradías (y qué seis cofradías) tiene sus horas críticas. Pero eso lo sabemos los hermanos del Nazareno. Y cuando salimos somos  perfectamente conscientes de a qué nos enfrentamos.

Esta frialdad, este mal ambiente que dicen condicionan a  la Madrugada, y que no parece afectar a la hermandad del Nazareno, no es exclusivo de Huelva. En Cádiz, las hermandades de la Sanidad y Medinaceli,  y en Córdoba las de la Merced y el Nazareno, han buscado acomodo  en otra jornada dejando a sus ciudades sin Madrugada. Pero este no es nuestro caso.

Sabemos del cansancio que se acumula, si se es cofrade, durante la Semana Santa. Sabemos de broncas entre los que han hecho que arrastremos el etílico sobrenombre; de alguna que otra reyerta; de las provocaciones de los gamberros; de colillas encendidas tendidas a los pies de los nazarenos; de cristales rotos al paso de los penitentes…..Y no nos importa. Nunca nos ha importado ni nos han amilanado. Con eso ya contamos. Y es verdad que a veces la Madrugada es así.

Por eso me extrañó la decisión de que dos hermandades de nueva creación pidieran en su día  la Madrugada como jornada de salida. Por eso no me extraña ahora que hayan buscado otro día para hacer su estación de penitencia. Por eso, ahora más que nunca, no sé lo que hace la Hermandad del Nazareno haciendo Carrera Oficial sola en la Madrugada.

Y no se trata de prebendas “por ser vos quién sois”, ni por privilegio especial, sino porque todos los problemas de seguridad y orden que antes comentábamos se trasladan al itinerario de una carrera oficial cuyos palcos en la Madrugada, mayoritariamente, no son ocupados por sus propietarios,  sino por una suerte de gente (por no decir calaña) que nada tiene que ver con las personas que los ocupan en cualquier jornada, y donde tienen patente de corso para hacer de todo, y he dicho de todo. Además, y como me comentaba un amigo: ¿qué sentido tiene hacer estación de penitencia en un templo del que hace un cuarto de hora (literalmente) se salió, casi mordiendo la Cruz de Guía la cola del manto de la Virgen de la Amargura. No es que haya que tratar a esta hermandad con un criterio distinto. Es aceptar la evidencia, ¿o es que a su propia hermandad no le gustaría una espléndida carrera para su cofradía?

Creo que la hermandad de Jesús Nazareno ha dado sobradas muestras de colaboración y de paciencia cuando su salida se veía condicionada al hacer estación de penitencia en la Concepción justo a esa misma hora las hermandades de la Misericordia y el Perdón. Quizás por eso aquellos intentos, parece que ya felizmente superados, de querer descabalgar al Nazareno de las cuatro de la mañana, su hora de salida desde siempre, acabándose así con una de las pocas, si no la única, tradición horaria que nos queda en nuestra Semana Santa. Y que sin molestar a nadie lleva la hermandad cumpliendo desde tiempo inmemorial. Pienso que la hermandad del Nazareno aporta a la Semana Santa de Huelva mucho más de lo que esta carrera oficial aporta al Nazareno. Supongo que lo mismo que la decisión de abandonar la Madrugada por parte de la Misericordia y el Perdón cayó por su propio peso y por la soberana  (y creo que acertada) decisión de sus hermanos, también caerá por su peso  la idea de la inutilidad de que la hermandad del Nazareno realice, al menos como está planteada hoy por hoy, la carrera oficial.

El eximir de hacer carrera en la Madrugada sería descargar de conflictos al Consejo, al Ayuntamiento y a las propias fuerzas de seguridad cuando el niñaterío no disponga del  escenario perfecto  donde cómodamente  molestar a la hermandad.

La Madrugada de Huelva es así. Siempre fue así.  Y no se puede arreglar moviendo de día a hermandades como si fueran los muebles de un salón al que hay que redecorar, ¿o no han oídos ustedes decir que la Madrugada se salvaría poniendo tal o cual hermandad, cambiándola de jornada, intentando plagiar un canon imposible de imitar? Dejemos las cosas como están, como siempre han sido.

 No sé si en Huelva ha habido alguna vez Madrugada; o era la Madrugada del Nazareno; o era el Nazareno Quién hizo la Madrugada… O es simplemente el Nazareno.

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