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jueves, 26 de julio de 2012

TRES MOMENTOS


El verano es también tiempo de Dios. Y es tiempo de María. Es más, siempre es tiempo de honrar a María. Y casi más que en mayo, el mes de Nuestra Señora por excelencia. Porque en verano la advocación de la Virgen que no celebramos en agosto la celebramos en septiembre.

 En este tiempo estival por toda España, y más concretamente en nuestra diócesis, se suceden las fiestas religiosas y populares en honor de multitud de bellísimos nombres que para nosotros los creyentes son como una escala de piropos a la Virgen que nos van acercando al cielo.

Nombres poéticos, teológicos, localistas, universales… Y todos profundamente queridos por sus pueblos. Remedios, Milagros, Montemayor, Angustias, Estrella, Socorro, Ángeles, Cala, Bella, Blanca, Clarines, Reposo, Mayor Dolor, Mercedes, Valle, Puerto, Granada, Virtudes, Fuente, Pino, Carmen, Luna, Luz, Prado, Flores…, puestos en nuestros labios son alabanzas a la Madre de Dios, Madre nuestra y de la Iglesia. Y así, año tras año.

Pero hay para mí cada verano dos momentos que aguardo con especial emoción, y devoción. Uno, el tercer domingo de agosto, cuando la imagen procesional de la Virgen de la Cinta, la Virgen Chiquita, desciende de su santuario de El Conquero buscando el corazón de la ciudad donde se encontrará con la probada devoción de los onubenses los días de la novena. Y otro, el último día del mes, cuando la Divina Pastora de Cantillana asciende a la cima del risco, al trono de su Gloria para presidirlo como reina asunta al cielo coronada de estrellas.

Pero este verano es especial, este año viviremos un momento de difícil definición, este mes de agosto la Virgen del Rocío, como cada siete años, irá a Almonte, apenas iniciado su Año Jubilar, pastoreando no solo a los almonteños, sino a todo el pueblo de Dios rociero que en la noche mágica de su solemne traslado alfombrará el viejo camino de Los Llanos por donde pasará, ocultando su rostro hasta amanecer en el Chaparral, la Divina Doncella Viajera.

¿Es o no es el verano tiempo propicio para honrar a la Virgen? Seguro que no lo desaprovecharemos y nos veremos cualquiera de estos días cerca de alguna imagen de nuestra devoción siguiendo sus pasos, peregrinando con Ella, o formando parte de un apretado redil gobernados y guiados por su celestial cayado.


A todos, feliz verano (o lo que queda de él). Volveremos a encontrarnos en este blog cuando el verano decline, cuando un Lignum Crucis en un relicario nuevo manifieste la Cruz de la Redención a los pies de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Volveremos a  encontrarnos así que llegue septiembre.


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