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lunes, 31 de diciembre de 2012

POR ESO ERES EL SEÑOR


 Para comenzar el año retomo un artículo que apareció el pasado Viernes de Dolores en las páginas de cofradías en el periódico Huelva Información, en la columna La celosía de humo. Sea este primer artículo de mi blog en el primer día del nuevo año para Él, para Jesús Nazareno, para El Señor. Con él también os deseo a todos un muy feliz y venturoso año de 2013.

                                 
Cuando Huelva te llama El Señor, por algo debe ser. Cuando esta ciudad, tan cicatera para sus cosas, te nombra poniendo en sus labios voz de alabanza, por algo tiene que ser. Cuando lo hace con una legitimidad que certifica un cúmulo de razones que va más allá de la razón cofrade, y que el corazón sí entiende, alguna razón tiene que haber. 

Porque cuando la Semana Santa pase y la saeta se calle, y los tambores y las cornetas enmudezcan y la Semana Santa sea un lejano recuerdo, Tú seguirás siendo su referente devocional. Porque con los calores de agosto, lo mismo que con los fríos de enero, incluso antes de que la Concepción abra sus puertas por la mañana, aún en noches cerradas de invierno, ya hay fieles esperando para desearte los buenos días con una oración. Por eso eres el Señor.

Porque no estás sujeto a parámetros y usos cofrades, porque no necesitas de nada más que de ti para ser lo que siempre has sido y no necesitas de nosotros más que la fe, porque estás muy por encima hasta de tu propia cofradía. Por eso eres el Señor.

Porque este título jamás escrito en documento alguno y que Huelva te otorga, es certificado y rubricado en el plebiscito devocional renovado  cada primer viernes de marzo con la tinta de los besos depositados en tu pie. Porque cuando los días del quinario presides el altar mayor de la parroquia, desde tu altura, ves desfilar a las gentes venidas de cualquier rincón de la ciudad para venerarte. Por eso eres el Señor.

Porque tu capilla es la discreta sala de audiencias donde recibes a diario los ruegos de tu pueblo, sus penas, sus alegrías, donde dispensas favores y confortas y consuelas, porque esa capilla es como un inmenso confesionario y Tú el mejor confidente, y porque la penitencia que impones en la conciencia de la gente es solo un ramo de claveles rojos. Por eso eres el Señor.

Porque cuando esta noche seas elevado a tu paso, como Moisés alzó la serpiente en el desierto, atraerás hacia ti todas las miradas y bendeciremos tu nombre sobre todo nombre y  la cuidad doblará ante ti la rodilla. Porque desde esta noche, una semana  será el patrón con la que Huelva medirá el tiempo hasta que llegue tu Viernes, como memoria de todos los viernes del año que se postra ante ti. Por eso eres el Señor.

Porque a pesar de la transgresión horaria de tu salida, cuando dan las cuatro, Huelva madruga por ti, trasnocha por ti y amanece contigo, porque nunca le importó el frío de la noche, ni  la humedad, ni el relente, para llevar sus cruces detrás de ti. Por eso eres el Señor. 

Porque cuando la noche se acabe y renazca la mañana, Huelva, como siempre, rodeará tu paso bendiciéndote y alabándote por la calle Marina, cuando vengas pisando tu sombra y el Sol amanezca por tu espalda, que de frente no se atreve, y traigas la luz a cuestas y tomes de nuevo el corazón de la ciudad al llegar a la Placeta. Será como cualquier Viernes Santo. Por eso Tú, Jesús Nazareno, eres el Señor, por eso eres y serás siempre el Señor.

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