Powered By Blogger

jueves, 27 de diciembre de 2012

UNA MAGNA IMPROVISACIÓN


Vamos a hablar claro de una puñetera vez. Hay curas, pocos, pero con peso específico en nuestra diócesis, que no quieren que se haga el Santo Entierro Magno el Sábado Santo  para conmemorar el Año de la Fe, y algunos del Consejo del Presbiterio que ni en Viernes Santo ni en ningún otro día. Ni Santo Entierro Magno, ni nada donde intervengan las cofradías. Pero que ningún cofrade que lea esto se rasgue las vestiduras, o que se las rasgue si quiere, pero esto es lo que hay y no es para sorprenderse.

Porque si vamos a hablar claro, vamos también a ser sinceros. Muchos cofrades y mayormente los no cofrades verán pasar la magna procesión, si al final se hace, como si fueran aquellas impresionantes cabalgatas, tristemente desaparecidas como tantas otras cosas de Huelva, que Castro preparaba para las Colombinas, preciosas, coloristas; pero ya está. Veríamos pasar un incomparable espectáculo, sí; pero me da a mí que no se iba a producir una conversión en masa que "acolapsara de criaturitas", como diría Lopera, los solitarios confesionarios de nuestras poco frecuentadas parroquias. No creo que una sucesión de veintiún pasos, uno detrás de otro, sirva para que se acabe la sequía de vocaciones, ni que vaya a cambiar para mejor el creciente desapego de la sociedad por lo verdaderamente religioso.  

Pero estos que nos desprecian y ningunean deberían entender que esta procesión magna sería una forma de demostrar a los que desconfían de nosotros que las cofradías están en sintonía con la Iglesia, y más en los momentos importantes como es el caso de este Año de la Fe, y que nuestras sagradas  imágenes cumplirían aquí como en ningún otro momento su misión más importante, la de catequizar al Pueblo de Dios. Ellos que nos miran por encima del hombro (a veces, con motivo; en este caso no) pero que luego no son capaces de llenar sus iglesias ni en misas de domingos, alguna responsabilidad tendrán, digo yo, ¿o no?. Y encima se permiten el lujo de recelar del poder de convocatoria que,  por lo menos en las calles, tienen nuestras imágenes, que si supieran o quisieran aprovechar a lo mejor otro gallo cantaría en nuestra Semana Santa atrayendo hacia el seno de la Iglesia a quienes a lo mejor no se implican porque nadie les ha enseñado o les ha invitado a implicarse. Y que piensen qué sería, por ejemplo, de la procesión del Corpus si no fuera por las tan ignoradas cofradías, pues sencillamente que el Señor Sacramentado iría literalmente solo. ¿Es eso lo que queremos? Claro que a lo mejor por ellos ni se haría procesión de Corpus. Ellos solo muestran una mueca de agrado, y a duras penas, cuando inquieren a las cofradías a ser solidarias,  cuando las confunden con una ONG, y no son eso, no fueron fundadas para eso. No se dan cuenta de que pocas instituciones en la historia, y a pesar de nuestras muchas carencias,  han sido (y son) más fieles a la Iglesia y más dóciles a su Pastor que las cofradías. No nos valoran,  no nos tienen en cuenta. Y, por supuesto y como siempre, no se puede generalizar.

Los que seguís habitualmente este blog sabéis que no se caracteriza por ser crítico con la curia, todo lo contrario. Más de una vez se ha tachado de servilismo a la jerarquía y ultraconservador. Pero en este caso no puedo por menos que expresar mi perplejidad, o mi cabreo, como ustedes gusten, ante esta posible negativa de Palacio a celebrar en Huelva el tan traído y llevado Santo Entierro Magno en sábado, según se dice en los mentideros cofrades. Incomprensible máxime cuando en otras localidades de nuestra diócesis, como los casos de Almonte o Aracena sí se les ha aceptado. Es posible que en esta reticencia al sábado se esconda el temor de crear un precedente como nueva jornada procesional. Y ahí es donde debe entrar el Consejo para asegurar el blindaje del sábado para el futuro como día "no procesional", si eso es lo que se pretende, y si es que tiene que ser así. El Consejo se debe meter ahí y en otras cosas.

Porque ¿cómo es posible que todo un Consejo de Cofradías de la Semana Santa de Huelva se haya tirado a la piscina de la organización de este grandioso evento sin asegurarse antes de que debajo del trampolín estuviera aguardando el agua del respaldo del Consejo del Presbiterio, es decir, de la guardia pretoriana del Sr. Obispo? O pecan de cándidos o de lesa improvisación, que no sé qué será peor. Cabildos extraordinarios, contrato de bandas, aparte de las expectativas creadas y hasta las taquicardias de algún prioste, ¿para qué?, sin saberse desde un principio y con absoluta certeza el día exacto de la celebración del evento.

¿Que la celebración de la Magna es vital para conmemorar en Huelva el Año de la Fe? Pues sinceramente creo que no. Nuestra diócesis ha preparado una serie de actos que, de hecho, ya se están celebrando. Otra cosa es la participación que estén teniendo. ¿Que los cofrades no tenemos otra forma de manifestarnos en el Año de la Fe? Pues sí que las hay. Asistencia masiva a los cultos de regla, multitudinarias protestaciones de fe en la Función Principal. Tal como está el patio, con ir a misa los domingos bastaría. Pero hablamos de un año especial y una ocasión única para dar una grandiosa y unitaria muestra de fe alrededor de nuestras imágenes. Sería una pena desaprovecharla.

El día 14 de enero hay pleno del Consejo donde se supone que todo quedará visto para sentencia. Antes habrá una comida de fraternidad en la que la habilidad de un vicario se pondrá a prueba para enderezar las torcidas voluntades de algunos compañeros. O esto, o lo único "Magno" que vamos a poder celebrar , es poder tomarnos un cubata del coñac que lleva su mismo nombre, con Coca-Cola fresquita...mmmmmmmmmm, !qué rico!.

1 comentario:

  1. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar