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martes, 25 de febrero de 2014

EL PRIMER GOZO



Luego vendrán más, muchos gozos más. Sentiremos el escalofrío al besar el pie de un Cristo, o la mano de una Virgen; pasará ante nosotros como un gozo adelantado la intensidad de lo que está por venir en el pregón del último domingo de la espera; la emoción hará que nos pongamos de puntillas sobre nuestra fe al escuchar la primera Marcha Real al salir un paso, o al ver que se nos acerca la primera cruz de guía. Pero el primer gozo, la primera emoción de la Semana Santa, es la contemplación por vez primera del cartel que la anuncia.

Acertó de pleno quien sencillamente definiera la esencia de un cartel como un grito pegado en una pared. Y ha acertado de lleno el potente grito que para el cartel de este año ha pintado el artista beasino D. José Luis Delgado Blanco.
No debe ser nada fácil concretar de un solo golpe de vista, en ese pregón de los pinceles que es el cartel, la composición de algo tan abierto, con tantos perfiles, con tantas y tan distintas posibilidades creativas como ofrece la Semana Santa de Huelva. Pero este extraordinario artista onubense lo ha conseguido magistralmente.

Lejos de abigarrados collages, de reiterativas escenas, aunque lleno de simbolismos que lo enmarcan, la imagen del Nazareno surge como un aldabonazo morado que centra la idealizada escena donde el Señor no camina, sino que se nos muestra entronizado, omnipresente. El autor, en palabras suyas, no lo ha querido representar en ningún momento del itinerario en su Madrugada única, ha querido mostrar a la devoción de la ciudad como si trascendiera de lo puramente cofrade, elevándolo por encima del propio tiempo penitencial,  eternizándolo en el tiempo y en la historia más allá de la Semana Santa, como alzado sobre la atmósfera cálida de la ciudad y como si le sirviera de peana el propio nombre de Huelva.

 La iglesia de la Concepción, con el aspecto exterior de antes de la restauración, casi de color siena, sirve de fondo para la escena del más puro sabor cofrade que refleja el paso de la Virgen del Amor, de esa gracia de Huelva bajo palio que rodeada por el calor del gentío se recrea en la suerte de la tarde del Lunes Santo.

 Al fondo de la escena, un guiño al fervor concepcionista onubense en el azulejo con la Inmaculada en la fachada de su parroquia, emblema de la ciudad y corazón de las estaciones de penitencia.

Completan la escena los símbolos de la Victoria y la Esperanza que sostiene un angelote, una estrella y un ancla, la guía y el áncora a las que se aferra la devoción mariana onubense.  Cerca, un arcángel erguido sobre un pedestal de mármol nos muestra al Santísimo Sacramento en una custodia de asiento, y se apoya en una tarja con la alabanza a la Eucaristía.

 Ya detrás, casi intuida en el cielo de Huelva, como descendiendo  en su mañana de agosto, la que es nuestra Reina y Señora, la Virgen de la Cinta contempla la escena en este año en el que celebramos el cincuentenario de su patronazgo sobre su pueblo.

Se da la circunstancia, no sé si conocida por el pintor del cartel, que en este año de gracia de dos mil catorce, se conmemora también el setenta y cinco aniversario de la procesión que protagonizaran conjuntamente la imagen del Señor de Huelva junto con la Virgen Chiquita, como acción de gracias por el término de la Guerra Civil española. Y si el pintor no era conocedor de esta circunstancia, bendita casualidad, porque en las cosas de Dios, no creo en las coincidencias fortuitas.

Cierra la composición el celaje azul cruzado por una filacteria formando un arco deprimido cuyos extremos parecen enredarse, por un lado, en el Ave Fénix de la Placeta; y por otro, en la veleta de la torre de la Concepción.
La escena toda la envuelve la mejor luz dorada de las tardes de cofradías; o del celaje del amanecer de cualquier Viernes Santo, momentos donde se muestran los mejores colores de la ciudad. Hasta casi podemos percibir en la atmósfera recreada el olor a incienso que precede al paso de la Virgen del Amor y de las flores que lo adornan.

Huelva ya tiene cartel que anuncie la Semana Santa. Y un cartel que rezumando sabor cofrade nos acerca,  nos predispone a vivir el encuentro con la belleza en esos días santos, y que por tanto nos acerca a Dios, de donde procede toda belleza, y que se refleja en la hermosura de la escena que preside la portentosa imagen, tan fidedignamente lograda, de Jesús Nazareno.

Inapelable acierto del Consejo al confiar el cartel a D. José Luis Delgado Blanco, e incuestionable maestría la demostrada por el artista en la pintura presentada. Enhorabuena a la Semana Santa de Huelva. Así, sí.

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