Tres momentos, tres encuentros de la Madre de Dios
con ella misma, como su propia imagen reflejada en los espejos que angulan su
camarín, trono de la Gracia y Puerta abierta del cielo para quien quiera subir
y entrar a la Gloria por él.
En su impresionante traslado a la Santa Iglesia
Catedral, la Virgen de la Esperanza Macarena nos ofreció tres momentos que por
fugaces ya son imborrables en la memoria de los que los vivimos.
Hoy, último día de su besamanos extraordinario en la
Parroquia del Sagrario, quisiera compartir con vosotros la emoción de aquellos
momentos. Tal como los sentí os lo cuento, tal como os lo digo, lo siento.
LA ESPERANZA DEL ROSARIO
Un arco de buganvillas
le puso marco a la foto
en la calle el alboroto
de pueblo en algarabía.
Dentro, la Virgen María,
Macarena y Montesión
en una sola
emoción
sonrisas y llantos fundían.
Se pararon los horarios,
que en una misma oración
POR SAN JUAN DE LA PALMA
Cuando la Virgen llegó
frente a San Juan de la Palma
a los balcones del Cielo
Sor Ángela se asomaba,
con la Esperanza reía,
con la Amargura lloraba,
entre las dos repartía
sus devociones la santa.
Y toda la calle Feria,
y toda entera la plaza
sintió suya la presencia
de la santa sevillana.
EN UN VALLE DE ESPERANZA
Sonaba Virgen del Valle
y enmudeció de repente
todo el clamor de la calle.
Solo el crujir de los cirios
y el cairel en los varales
le ponían sinfonía
al ocaso de la tarde
que en aurora se tornaba.
Transtornada de emoción
Sevilla entera callaba,
cuando la Esperanza entraba
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